7- Mujeres.
Algo que tienen en común Charlotte Bronte y Rosario Castellanos, es que las dos tenían hermanos varones, que eran mucho mejor considerados en sus familias. En el caso de Rosario, su hermano murió muy pronto, cuando era solo un niño, y ella siempre sintió que sus padres habrían preferido que fuera ella la que muriera. Fue una tragedia familiar que marcó su vida para siempre, porque siempre estuvo presente esa duda, y si mejor hubiese muerto ella?
-“Entrevista de prensa” (fragmento)
Pregunta el reportero, con la sagacidad
que le da la destreza de su oficio:
–¿Por qué y para qué escribe?
–Pero, señor, es obvio. Porque alguien
(cuando yo era pequeña)
dijo que gente como yo no existe.
Porque su cuerpo no proyecta sombra,
porque no arroja peso en la balanza,
porque su nombre es de los que se olvidan.
Y entonces… Pero no, no es tan sencillo.
Escribo porque yo, un día, adolescente,
me incliné ante un espejo y no había nadie.
¿Se da cuenta? El vacío. Y junto a mí los otros
chorreaban importancia.
No, no era envidia. Era algo más grave. Era otra cosa.
¿Comprende usted? Las únicas pasiones
lícitas a esa edad son metafísicas.
No me mailnterprete.
Y luego, ya madura, descrubrí
que la palabra tiene una virtud:
si es exacta es letal
como lo es un guante envenenado.
(Rosario Castellanos)
En el caso de las Bronte, esas mujeres brillantes y excepcionales, su padre siempre apostó por su hermano Branwell, el ahora desconocido cuarto hermano Bronte.
Fue a él a quien mandó a estudiar arte, apostando en alto, y prefieriendo preparar a sus hijas para institutrices.
Esto lo anoto porque se trata de dos mujeres de las que he hablado esta noche. Pero abran cualquier biografía, cuando la encuentran, de las mujeres que han sido acalladas, descalificadas, o silenciadas. Abran esos libros, porque por suerte, los libros no envejecen, al contrario, cada vez que llega una nueva lectura reviven, y encienden la luz en temas que se nos han pasado en distintas épocas. Estamos en épocas de cambio. De re valorar, y de releer con nuevos ojos, libros que pasaron desapercibidos. A contarnos, mujeres. A cantarnos. No más ser las protagonistas de otros, ser nuestra propia protagonista. Abramos más libros de mujeres, y encontraremos todas esas historias desconocidas, muchas mujeres siendo re descubiertas, y contándose nuevamente. Y esto es importante no solo por ellas, o por nosotras. Es para entendernos, y entender nuevamente la literatura, y cómo construimos, con historias y voces distintas, nuestra visión de lo que somos.
Como bien dice la poeta argentina Mirta Rosenberg:
“Si te inspiro soy tu musa
y poeta si me inspiro a mí misma.”(…)
(Fig.1 Baño de Frida, Fig 2, de Graciela Iturbide)
1 Comment
Es impresionante la pregunta cuando dice ¿hubieran preferido que hubiera muerto yo? y creo que lo es, precisamente porque sí, porque lo hubiesen preferido, pero, en realidad y sin llegar a plantear cuestiones tan trágicas, sin ir más lejos, hace no más de dos generaciones en mi familia le dieron estudios a un varón que tenía dos hermanas mayores, y…. bueno no le busco más explicaciones, hay que conocer la psicología de esas generaciones cruciales en el tiempo en España que vivieron una guerra civil, una postguerra o, peor, ambas.Las dos hermanas siguieron su curso de buenas hijas, buenas esposas, buenas madres y así la vieja historia.