Hace poco me invitaron a escribir algunos “Me Acuerdo”.
Para quienes no saben lo que es, hay varios libros de Me Acuerdo. Mi favorito es el de Joe Brainard, (Pueden leer al respecto aquí: https://www.eternacadencia.com.ar/blog/editorial/catalogo/item/me-acuerdo-y-otros-autorretratos-de-joe-brainard.html)
Aquí les dejo algunos míos. La memoria es increíble, y en cuanto mueves algo, todo se empieza a despertar, y después de un tiempo no puedes detener el torrente de Me acuerdo.
-Me acuerdo de la primera vez que viajé en avión. Mi hermana gemela, mi hermana mayor y yo viajamos desde Tijuana, al norte del país, hasta Cuernavaca, cerca de la Ciudad de México. La ciudad de la eterna primavera. Por algo la escogió Hernán Cortés para vivir en ella. Nada tonto el HC. Teníamos unos tíos de mi papá que nos recibirían en su casa. La experiencia me encantó porque en el avión durante el viaje nos atendieron mucho, ya que íbamos tres niñas solas. Nos pusieron unos collares con nuestros nombres y todo el tiempo nos trajeron cosas para comer, o a preguntarnos si estábamos bien. La atención era divertida.
-Me acuerdo la primera vez que escribí un diario. Me lo regalaron cuando cumplí 14 años.
Lo empecé con: “Querido diario (diary)
Hello! how are you? qué onda?”
-Me acuerdo de los paseos por el malecón de playas de Tijuana, a donde íbamos a comprar cocos, me encantaba cuando me tocaba uno con la carne blandita, le ponía chile y limón. Otros días íbamos a comprar plátano helado. Una banana congelada, pasada por sirope de Chocolate, y con cacahuate (maní), encima. Después caminábamos por el malecón, en donde siempre hacía frío. No se podía bajar a la playa porque estaba llena de piedras.
-Me acuerdo de la casa que tuvimos una vez. Era en un barrio de Tijuana, muy cerca de donde íbamos al colegio. Tenía una escalera redonda al medio, en la parte de arriba había una terraza en donde hacíamos fiestas. Bailábamos a canciones disco, a cumbias, a todo. También hacíamos pijamadas.
-Me acuerdo de mi primera casa viviendo sola en la Ciudad de México. Era una casa pequeña pero completa, como una mini casa. No tenía llave, había que entrar metiendo la mano y jalando un alambre suelto por adentro. No tenía agua caliente, porque me asusté una vez que intenté encender el calentador de agua, y soltó una flama. Si alguien me llamaba tenía que contestar en el teléfono de la casa vecina, porque aún no existían los celulares, la señora que me rentaba la casa venía por mí para que fuera a su casa a contestar. Tampoco tenía timbre. Fui feliz y triste en esa casa.
-Me acuerdo de una higuera que había en casa de mi vecina. Ella me dejaba ir a cortar higos. Me llevaba todos los que podía a mi casa y me los devoraba, dulces y blandos, me parecía un lujo. Desde entonces tengo buena onda con las higueras.
-Me acuerdo de mi primer novio. Tenía nombre de personaje de caricatura. Le gustaba cocinar. Una vez me hizo un espagueti con crema de anchoas. Recuerdo que me encantó que cocinara. Para siempre recordaré ese plato. Creo que fue la única vez que tuve un novio cocinero.
-Me acuerdo de la primera vez que canté con un grupo. Era la tecladista, y un día en un ensayo me pidieron que probara cantar, porque necesitábamos vocalista. Canté Boys Don´t Cry, de The Cure. Me pareció raro escuchar mi voz en las bocinas, pero fue emocionante. Me moría de la vergüenza y los nervios.
-Me acuerdo de una vez que me compré una bufanda de teclas de piano. Me encantaba. Recuerdo que me costó carísima, pero me parecía que valía la pena, porque podía practicar en las teclas de la bufanda cuando no tuviera un piano cerca.
-Me acuerdo cuando nos fuimos a vivir a San Diego. Yo sufría y quería escapar de ese suburbio en donde nos aburríamos horrible, sin auto, sin bici. Soñaba con escapar a Tijuana y vivir ahí.
-Me acuerdo cuando me obsesioné con Anais Nin. Me leí todos sus diarios, tomaba apuntes de autores y autoras de quienes hablaba, buscaba los libros que mencionaba. Tenía listas y listas de libros que jamás pude conseguir. Escribía en mis diarios obsesivamente, tratando de imitar esa vida genial que ella parecía tener.
4 Comments
¡Ay! Julieta, simplemente me encantas.
He te tenido la oportunidad de verte en un concierto intimo en Madrid y fue excelente, hasta una foto contigo tengo… que emocion! Me encantas, tu musica me transporta y me alegra, me dibuja sonrisas en la cara!!
Me emociona poder leerte y asi conocer un poco mas de ti, que compartas esos recuerdos intimos con nosotros me parece un detalle muy lindo.
Espero poder seguir leyendote por aca y otros sitios, que vuelvas en conciertos intimos.
Mientras tanto tu musica me me acompaña y alegra los dias! Un abrazo grande de una Chilena loca desde España. 🙂
No se por que pero me emocione al leer ésto, y también me reí… gracias por compartir tus recuerdos con nosotros!! Te quiero. Y aguanten los higos!
Axel
Julieta, he leído aquel libro, De mis pasos, de Enrique Blanc. Supongo que si hicieras una relectura de ese texto llegarían muchos más “meacuerdos” a tu mente. Siento que entendí tantas cosas con aquel libro, confieso que pensaba que todo había sido más sencillo en cuanto a tus comienzos musicales. También confieso que a pesar de admirarte tanto, desconocía bastante de tus orígenes, me parecía que siempre tuviste claro cómo desarrollarías tu música. Hay muchas cosas que me resultaron curiosas, por ejemplo lo bien que decías sentirte en Buenos Aires, ¿alguna vez pensaste que terminarías viviendo allí? Bueno, hay un montón de cosas más que me parecen curiosas, pero que a la vez son cuestiones personales que, si llegases a contestarme este mensaje, no creo fuera prudente que me las resolvieras de manera tan pública. Ojalá pudiera comunicarme contigo por algún correo.
Excelentes, estos “Me Acuerdo”.