Jane Eyre

3-Los libros mismos te van guiando y te van convirtiendo en lectora o lector. Vas encontrando maestros, porque está todo ahí, lo dicho y lo que puedes aprender, y tarde o temprano llegas al libro que necesitas en ese momento. Y nunca será solo uno, sino varios, muchos, sucediéndose sin querer, dándote las respuestas que estabas buscando. Tomando un sentido que no ves en lo inmediato, sino que empieza a tomar forma a la larga, a través del tiempo.

Un día te sientes reflejada en un personaje, Quizás diga las cosas que tú hubieras querido decir, quizás le digan lo que tú quisieras escuchar.

Charlotte Bronte nació en un pequeño pueblo de Inglaterra, llamado Thornton. Su vida y la de sus hermanos fue una novela en sí misma. Tenían mundos interiores que desbordaban y contrastaban con el páramo donde crecieron. También contrastaban con la presencia de la muerte, que se fue llevando a toda la familia demasiado pronto. Marcaron la literatura de una forma única, esas tres hermanas, Anne, Emily y Charlotte.

Cuando leí Jane Eyre  de Charlotte Bronte me pasó algo que fue importante. Sentí como si hubiera sido transportada, como si yo fuera esa chica llamada Jane Eyre. Su manera de hablar, de reaccionar, de pensar: todo. Ese momento en que lo leí me olvidé de las distancias que nos separaban, sentía como si ese personaje fuera yo esa chica “pobre, vagabunda, pálida y demacrada”, me estaba describiendo, como si el libro hubiese tomado vida en mi cabeza.

Entre esas páginas encontré un alma gemela. De repente se materializó esa promesa de lo que puede pasar cuando lees. Te puedes sentir reflejada en una institutriz del siglo XIX. Puedes ver situaciones que nunca te tocará vivir, y sentirlas como si te estuvieran sucediendo a ti. Todo lo que pueda decir sobre la vida apasionante de Charlotte Bronte no será suficiente, esa vida aislada y esa mujer pequeña y decidida, quien quiso demostrar que podía hacer un personaje interesante que no fuera una típica belleza, sino una mujer fuerte, como respondiendo a las figuras románticas de su época. Jane Eyre es un personaje que desafía y cuestiona la autoridad, y se enfrenta a las dificultades con una firmeza que se siente desde la primera página, y te hace admirarla y quererla.

Esa historia conectó con otra persona, de otro siglo, que al momento de la lectura no tenía ningún referente. Y esa conexión es algo que siempre puede suceder, a cualquiera, en cualquier lugar.

((recuerdo ir caminando por la ciudad, algo lluviosa, imaginándome como Jane Eyre en su época, con esos vestidos largos, con ese peinado tan incómodo, o sentada frente a la chimenea, sostenida por su carácter y su fuerza.))

“..¿Acaso alguien se preocupa por tí en este mundo o se sentirá herido por lo que hagas?>> Pero la respuesta surgió incontrolable: <<Yo me preocupo. Cuanto más absoluta sea la soledad, cuanto más sufra debido a la falta de amistades, cuanto más desvalida esté en el mundo, mayor será el respeto que sienta por mí misma…Me atendré a los principios que aprendí cuando estaba sana, no loca como ahora. Las leyes y los principios no son solo para los momentos que están libres de tentaciones, sino para los momentos como este, cuando el cuerpo y el alma se amotinan contra su rigor. Cuanto más severos me parezcan, menos debo violarlos. Si pudiera olvidarlos por mi propia conveniencia, ¿qué valor tendrían? Son valiosos, o al menos eso he creído siempre. Y si ahora no soy capaz de verlo es porque estoy trastornada, fuera de mí. Corre fuego por mis venas y el corazón me late a tal velocidad que apenas puedo contar sus latidos. Lo único que me queda en esta hora de agitación son las ideas que ya poseía y las decisiones que me inculcaron, y en ello pienso apoyarme>>. (454)